El tromboembolismo aórtico en el perro.

A diferencia del gato en el perro, la trombosis aórtica es una situación clínica que se reconoce y diagnostica con poca frecuencia.

INTRODUCCIÓN

El tromboembolismo aórtico está ampliamente descrito en el gato, tanto su abordaje clínico como el manejo de urgencia.

Frecuentemente está asociado a patologías cardíacas estructurales. Se reconoce que, en el gato, la formación del trombo empieza en la cámara cardíaca izquierda y después emboliza en la aorta distal, generando isquemia aguda del tercio posterior y, como consecuencia, paresis (1). En el perro, la trombosis aórtica es una situación clínica que se reconoce y diagnostica con poca frecuencia (2-3).

En el presente trabajo se describen dos casos clínicos diagnosticados de trombosis aórtica en el perro.

Caso 1

Acude al Hospital Veterinari VET24 una perra Bracco fértil de 12 años por cojera intermitente de un mes de duración de las extremidades posteriores, más evidente en el lado derecho, que empeora con el ejercicio. En el examen físico se palpa una masa en abdomen medio, dolor moderado a la manipulación de la cadera derecha y pulso femoral de intensidad reducida en ambas arterias femorales. El hemograma y la bioquímica sanguínea no revelan alteraciones significativas. En las radiografías de cadera y extremidades posteriores se observa engrosamiento del cuello femoral y leve irregularidad del borde acetabular. Los propietarios deciden no realizar más pruebas diagnósticas y se establece un tratamiento sintomático de la cojera con antiinflamatorios no esteroideos. Una semana después no se evidencia mejoría de la cojera con el tratamiento establecido. Se realiza una ecografía abdominal donde se detecta una lesión nodular en la cavidad abdominal de 13x12x10cm de diámetro, con aspecto heterogéneo, hiperecógeno de forma predominante, policavitario y con zonas anecógenas trabeculadas en el interior. No es posible determinar la continuidad con otras estructuras abdominales. Se observa un trombo intramural a nivel de la aorta y en la bifurcación de las arterias ilíacas que ocupa casi la totalidad del lumen aórtico, extendiéndose en dirección craneal hasta la arteria renal izquierda. El Doppler color evidencia un flujo sanguíneo sólo en las porciones periféricas del lumen arterial.

En la ecocardiografía no se observan alteraciones estructurales significativas. Se propone realizar una biopsia de la masa abdominal, medición de antitrombina sérica, pruebas de funcionalidad tiroidea y pruebas de coagulación seriadas para poder empezar tratamiento con warfarina pero los propietarios no aceptan más pruebas diagnósticas. Se establece un tratamiento con ácido acetil salicílico 0,5 mg/kg BID, clopidogrel 2 mg/kg SID y misoprostol 5mcg/kg TID. La paciente manifiesta una mejora significativa de la cojera y debilidad del tercio posterior una semana después de empezar el tratamiento. En los primeros controles ecográficos se observa reducción de la longitud y diámetro del trombo intramural.

A partir del quinto mes de tratamiento se detecta un empeoramiento de la longitud y del diámetro del trombo pero sin empeoramiento clínico de la cojera. Actualmente, la paciente no presenta signos de cojera pero muestra un progresivo empeoramiento de la condición corporal, siendo de 3/9 en la última visita.

La paciente se eutanasió a les 6 meses de la diagnosis per empeoramento progresivo de las condiciones generales.

CASO 2

Acude al Hospital Veterinari VET24 un perro Pitbull macho fértil de 6 años por pérdida progresiva de peso, apatía, anorexia y reticencia al movimiento, acompañada de cojera en los últimos días. La analítica sanguínea revela azotemia, elevación del fósforo, hipercolesterolemia, hipoalbuminemia, hiperglobulinemia y, en el urianálisis, proteinuria y densidad urinaria baja. En la ecografía abdominal se observa líquido libre y riñones con dimensiones conservadas, superficie lisa, pérdida de diferenciación corticomedular y corticales hiperecógenas. Ésta imagen es compatible con nefritis o glomerulonefritis. En la bifurcación de la aorta en arterias ilíacas se observa un trombo intramural en una de ellas, ocluyéndola totalmente. Se estabiliza al paciente con fluidoterapia intravenosa y se empieza tratamiento con ácido acetil salicílico 0,5 mg/kg SID. El paciente es eutanasiado a los 15 días del diagnóstico debido al deterioro de la funcionalidad renal.

 

 

 

DISCUSIÓN

El tromboembolismo aórtico en el gato es de presentación aguda. No obstante, en el perro es más frecuente observar signos crónicos y progresivos de cojera y debilidad del tercio posterior (2).

En el gato, el trombo se genera en el corazón izquierdo y, se emboliza en la bifurcación de la aorta (1). En el perro, se hipotetiza que la formación del trombo empieza en la aorta distal generando una progresiva isquemia del tercio posterior.

Los factores predisponentes al tromboembolismo aórtico en el perro son: estados de hipercoagulabilidad/hipofibrinolisis, enfermedad renal con pérdida de proteínas, enfermedad intestinal con pérdida de proteínas, hipotiroidismo, síndrome de Cushing, feocromocitoma (3), diabetes mellitus, anemia hemolítica y neoplasias (4). Los objetivos del tratamiento son: resolver la causa subyacente,  mejorar la perfusión de tercio posterior y prevenir la formación y el crecimiento del trombo (2). En los casos descritos anteriormente, se ha instaurado un tratamiento con antiagregantes plaquetarios. En el primer caso, se ha obtenido una mejoría clínica significativa de la disfunción del tercio posterior y una disminución de las dimensiones del trombo en los primeros 5 meses de tratamiento. El no poder disponer de pruebas de coagulación no nos ha permitido instaurar un tratamiento con warfarina, según el protocolo descrito en la bibliografía (2).

La trombosis aórtica debe incluirse en el diagnóstico diferencial de debilidad crónica y progresiva de tercio posterior en el perro.

ARTICULO PUBLICADO EN: IX Southern European Veterinary  Conference, SEVC 2015, Barcelona, Spain; Rametta M., et al: Trombosis aórtica en el perro.